viernes, 24 de septiembre de 2010

AKUREYRI (II): EL JARDÍN DE ISLANDIA



El Eyjafjördur es el mayor fiordo de Islandia. Hay unos 50 kilómetros desde Akureyri hasta el mar abierto. Algo más al norte, sobre la isla Grímsey, el paralelo 66º 30' envuelve el Círculo Ártico. (Foto tomada desde las proximidades de la granja de Laufás, unos 20 kilómetros al norte de Akureyri.
  
Supongo que todo viajero en Islandia, si va por libre, debería establecer dos bases de operaciones: una en Reykjavík y otra en Akureyri. Entre ambas capitales hay vuelos frecuentes por cincuenta módicos euros. Lo de módicos es un decir, sobre todo en los tiempos que corren, pero hay que tener presente:
a) Que Islandia es uno de los países con más alto nivel de vida del mundo.
b) Que dicho nivel se corresponde con el de los salarios (los suyos) y con el de los precios (los que pagamos todos).
c) Que Akureyri es el no va más por los tres conceptos: nivel de vida, salarios y precios. No en vano su lema publicitario es ÖLL LÍFSINS GÆÐI, lo que muy libremente podría traducirse como “Aquí se vive como Dios”.
Además de muy bella, elegante y cultivada población, Akureyri tiene a su alcance, en un radio de 150 kilómetros, algunas de las más notables maravillas del país.





Durante los meses de verano, cada mañana, uno o dos buques de crucero con miles de exploradores atracan en el puerto de Akureyri. A la orilla del agua, justamente a la izquierda del barco, se aprecia el flamante edificio de color gris y planta circular que es la Casa de Cultura.

La Historia de Akureyri de J. Hjaltason afirma que la primera referencia documental a este lugar es una sentencia judicial, dictada en 1562, contra una mujer que había yacido con varón sin tener Libro de Familia. (Lo que lleva a recordar que la comunidad islandesa fue pionera en alcanzar la plena equiparación social de los sexos).
En el XVII, en la cabecera del Eyjafjördur no había más que unos barracones o almacenes regentados por comerciantes daneses. El primer edificio residencial fue construido en 1778, cuando el paraje había sido oficialmente declarado lugar de mercado o de negocios por el rey danés. Doce habitantes tenía entonces este asentamiento y, aunque las intenciones del monarca fueron buenas, el burgo no floreció hasta muchos años después.


La iglesia de Grund, cerca de Akureyri, es de las más singulares de Islandia. Aquí, en Grund, en 1886, un grupo de granjeros constituyó la KEA, sociedad cooperativa que trajo la prosperidad a los lugareños y tuvo una influencia decisiva en el desarrollo de Akureyri.
 Fue en el siglo XIX cuando la ciudad experimentó un notable desarrollo, en gran parte debido al fin de las restricciones monopolistas impuestas por Dinamarca. A finales de la centuria, los granjeros del distrito del Eyjafjörður (el fiordo de Akureyri) comenzaron a asociarse para mejorar su posición con respecto a los negociantes daneses. En 1886, en el cercano lugar de Grund –hoy muy visitado por su iglesia-, un grupo de granjeros constituyó la KEA (Kaupfélag Eyfirðinga og Akureyrar o Sociedad Cooperativa del Eyjafjörður), que trajo la prosperidad a los nativos y tuvo una influencia decisiva en el desarrollo de Akureyri.




Vista parcial de Akureyri. A la derecha la Akureyrarkirkja, la iglesia luterana. A partir del templo y hacia la izquierda, el macizo boscoso incluye el Jardín Botánico. A lo lejos, el valle del río Glerá, la montaña Hlídarfell (a sus pies está la estación de esquí) y, al fondo, la muralla del Tröllafjall.
 
Los valles que vierten al fiordo, al abrigo de la influencia marina, son buenos para la agricultura y ganadería. Durante la Edad Moderna -salvo en los años de las erupciones catastróficas- había un apreciable mercado de lana y carne. Los daneses nunca pusieron demasiado interés en la pesca pero, en 1867, se asentaron los noruegos en el fiordo y todo cambió. Los vecinos de Akureyri se enriquecieron durante los años del arenque, luego aprendieron la técnica del salado del bacalao y, hoy día, dos de las más importantes compañías pesqueras islandesas están radicadas aquí.

Actualmente Akureyri reúne algo más de 17.000 habitantes y es la segunda población del país si no se tiene en cuenta a Kópavogur (25.803) y Hafnarfjördur (22.000) que, a fin de cuentas, son satélites de Reykjavík.



La elegante y comercial calle Hafnarstraeti exhibe edificios antiguos como éste. 
 Akur en islandés viene a significar campo o tierra de labor. Algunas elucubraciones etimológicas en torno al nombre de Akureyri van en ese sentido. Sugieren la existencia, en tiempos pasados, de tierras con cultivos más propios de otras latitudes. Recordemos que el celebrado Jónas Hallgrímsson, nacido en el vecino lugar de Öxnadalur, cantó a la fertilidad, al floreciente regazo de estos valles, añorando los memorables tiempos previos a la Edad Oscura.
Durante el período templado que conoció el planeta en los siglos IX, X y XI, los vikingos recorrieron los mares boreales y cultivaron la vid en los campos noruegos de Trondheim. No tendría nada de extraordinario que en algún lugar próximo a Akureyri plantasen centeno con éxito. En fin, ese Akur sobre el que fue construida buena parte de la capital del norte es el aluvión vertido al fiordo por el río Glerá, que baja desde los pequeños glaciares y las altas cumbres alzadas entre el fiordo y el vecino valle de Öxnadalur. La mayor cima, el Monte Kerling (1.530 metros) emerge sobre el glaciar Lambardalsjökull. Dicen que acaso el nombre del Glerá –Río de Cristal- se deba a los vítreos trozos de obsidiana que arrastra tras excavar arcaicos suelos volcánicos.




El barco pesquero Húni II, con su cuidado casco de madera de roble, fue construido en 1963. Actualmente atraca en el remozado pero viejo puerto del Oddeyri y se dedica al seguimiento y avistamiento de ballenas.
 Desde la Raðhustorg, la Plaza de la Ciudad, sale hacia el mar la calle Strandgata. Aquí está el Oddeyri, el área que fue poblada inicialmente. Los antiguos comerciantes anclaban sus barcos junto al pequeño puerto de Oddeyri. En la proximidad del malecón se celebraban las asambleas públicas. En 1551, el último obispo católico de Islandia, Jón Arason, fue procesado a título póstumo en este lugar y declarado culpable de traición cuando ya habían transcurrido meses desde que fuera decapitado en Skálholt junto con dos de sus hijos. Ver  http://julio-islandia.blogspot.com/2010/09/el-historico-lugar-de-skalholt.html


También en Oddeyri, en 1872, se estableció la Granufelagid, la Gran Empresa, la primera firma comercial islandesa radicada en Akureyri. La planta de procesado de pesca y de extracción de aceite de hígado de bacalao fue precursora de la KEA, a la que nos referíamos más arriba.
En la segunda mitad del siglo XIX, el terreno al norte del río Glerá empezó a ser colonizado por gente sin recursos. Como estaba fuera de los límites de la ciudad, las normas de construcción establecidas en las ordenanzas no alcanzaban a esta nueva comunidad que levantaba casas de piedra con techo de terrones. A partir de 1930, el Glerarhverfi se integró en Akureyri pero aún le siguen llamando El Pueblo.



La luz melosa de las tardes veraniegas sin fin, ilumina la Akureyrarkirkja.


Edificio del Teatro en la calle Hafnarstraeti.
 En sentido contrario, al sur de la Raðhustorg, Akureyri se alarga por la elegante calle Hafnarstraeti a la que sigue la aún más hermosa Aðalstræti, donde pueden verse casas antiguas y varios museos. A la altura de la Aðalstræti, un larguísimo puente sirve a la N1 para vadear el fiordo y pasar a la ribera este. La pista del aeropuerto, que arranca desde la cercana cabecera del fiordo, termina junto a este puente que los aviones sobrevuelan a muy baja altura.


Akureyri (Google maps).
En el cuadrante superior izquierdo, el cauce del río Glerá destacado con línea azul.
Abajo, la pista del aeropuerto entra en el fiordo, sobre el aluvión y la desembocadura del río Eyjafjardará.
   
La aviación tiene una imprtancia capital en el desarrollo de un país con tan difíciles comunicaciones por tierra y con una población tan dispersa. La visita al museo dedicado a la Historia de la Aviación en Islandia es muy interesante.
 Desde el flanco oriental del fiordo,  la vista de Akureyri deja pasmado al viajero. La arboleda es una de sus primeras señas de identidad. Cuando no había árboles en el resto de Islandia, la proliferación en Akureyri causaba general asombro. Al parecer, los comerciantes daneses jugaron un papel fundamental en la vocación jardinera de la ciudad, cuyo Parque Botánico, abierto formalmente en 1912, reúne una muestra muy significativa de la flora ártica y especies de arbustos y flores de medio mundo.
Casi vecina al Jardín Botánico por el norte, la Akureyrarkirkja fue consagrada en 1940 y es el más destacado templo luterano de la ciudad y del norte de Islandia. Tiene un órgano notable y es sede de conciertos durante todo el verano.
La actividad cultural en Akureyri es intensa y muy variada. Hay diversos festivales artísticos, museos notables -historia natural, historia de la aviación en Islandia, arte moderno, etc…-, teatro, biblioteca y mucho más, destacando la flamante Casa de Cultura, las instalaciones deportivas y las piscinas concurridas todo el año. La Universidad de Akureyri cuenta con facultades dedicadas a Medicina y Salud, Ciencias –con especial atención a las Energías Renovables-, Economía, Humanidades y Ciencias Sociales además de instituciones diversas para investigación.


Los escolares de Akureyri aprenden muy pronto las artes de la navegación.
  




Vecina y paralela al paseo marítimo, la calle Alðstraeti, prolongación de la Hafnarstraeti, es no menos elegante, más residencial y más hermosa. Por aquí se encuentran varios museos y las casas más antiguas de la ciudad. Entre Alðstraeti y la costa, las pequeñas lagunas acogen infinidad de aves. A lo largo de la Drottningarbraut (la carretera N1 que bordea el fiordo), las señales de tráfico se ocupan de velar por la infinidad de anátidas que aquí crían.
  
La nemorosa ciudad de Akureyri. Entre la arboleda destacan algunos grandes edificios: colegios, instalaciones polideportivas, piscinas ...
 

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